Tenemos entre nosotros una aplicación digital que cuenta con multitud de reforzadores positivos​ de diferentes tipos que atienden al comportamiento del alumnado, algo que siempre ha sido complicado de tratar en el aula. ¿Quién no querría utilizarlo? Además, los alumnos pueden ver estas retroalimentaciones cuantificadas en puntos, lo cual les resulta motivador. Los padres también tienen acceso directo a esto, por lo que pueden tener conocimiento pleno acerca del tipo de actitudes (tanto positivas como negativas) de sus hijos en la escuela, y siempre que lo deseen pueden contactar con los docentes (al igual que estos pueden contactar con los padres si lo desean). Vamos, una maravilla.

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En 3º de Magisterio, en las prácticas, tuve la oportunidad de utilizarlo: la tutora del aula que se me había asignado lo utilizaba diariamente para gestionar y controlar el comportamiento de los alumnos. Sinceramente me pareció genial, pues veía que a los alumnos realmente sí les importaban las insignias que recibían y actuaban acorde a ellas. Únicamente veo un inconveniente en esto: de esta forma, los alumnos no aprenden el valor verdadero de tener un buen o mal comportamiento. Estoy seguro de que si preguntáramos en clase por qué es importante portarse bien y no portarse mal, más de un alumno nos respondería: "porque así ganamos insignias". Los alumnos deben saber la importancia real que tiene el hecho de saber comportarse, y quizá con esta aplicación no contribuimos a ello. Aunque, es cierto que se trata de un razonamiento complejo que probablemente les cueste interiorizar; por su nerviosismo y su desarrollo, los alumnos de Primaria tienen un comportamiento inestable y alterado, y eso es complicado de cambiar así como así.

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De cualquier modo, desde mi propia experiencia, puedo decir que se trata de un recurso verdaderamente útil en el aula, el cual puede fomentar una armonía y estabilidad que nos permita desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje de una manera adecuada y eficaz.